Una vez que decides apostar por el autoempleo, para empezar debes tener una idea, que parta de una necesidad real, y una demanda suficiente capaz de comprar tu producto o pagar por tu servicio. Este momento lo que se pretende es poner en marcha una iniciativa empresarial con que alcanzar unos objetivos que previamente se han fijado.
Todo negocio empieza con una idea, con aquello que queremos vender u ofrecer. La idea se debe definir con criterios de claridad y concreción.
La idea empresarial surge, muchas veces de situaciones fortuitas. Se puede descubrir en una conversación, en un encuentro, en un viaje... No existen fórmulas que permitan abordar una idea de nueva creación, pero si que es importante que el emprendedor adopte una actitud crítica y curiosa.
Entre otras causas, las ideas pueden surgir de:
• La observación de necesidades de servicios en una zona geográfica determinada
• La observación de empresas rentables en otras ciudades y que no existen en nuestra zona.
• Cambios legislativos, en la industria o mercado
• Hobbys o aficciones
• Cambios demográficos
• Propuestas profesionales
• Ferias, congresos…
• Franquicias
• Know- how
• Consultando revistas especializadas, Internet, redes sociales....
Como puedes ver, pueden ser muchas las ideas que motiven a una persona a inclinarse por un negocio concreto. Pero, el conocimiento del mercado en el que pretende introducirse puede ser el elemento clave para que una persona decida aventurarse empresarialmente en el mismo.
Si eres una persona que piensa iniciarse en el mundo empresarial en base a un producto servicio, debes disponer de la máxima información sobre el mismo, sus variables y su evolución. Antes de entrar en un análisis pormenorizada del proyecto empresarial y la elaboración de un Plan de Empresa, convendría que te plantearas las siguientes cuestiones:
a) Primer punto de vital importancia, definir el producto
y los objetivos perseguidos. Haz una descripción en
pocas líneas de tu producto, resaltando las
características más relevantes.
b) Necesidades que cubre. La venta dependerá en gran medida de la necesidad que ese producto cubre, así púes, hay que meditar realmente sobre cual es esa necesidad.
c) Descripción del valor añadido. Tienes que preguntarte, ¿por que comprarán mi producto y no otro? ¿Por que dejarán de comprar a la competencia para comprarte a ti? La respuesta a esta pregunta es tu valor añadido, los elementos que te diferencian de la competencia.
d) ¿Quienes pueden ser tus clientes? Se trata de un punto clave de la gestión empresarial, cuales son sus intereses, actitudes y hábitos de compra, las respuestas a estas preguntas definirán las características de tu producto y la estrategia de venta.
e) ¿Existen otros productos similares en el mercado? De la competencia debemos obtener los métodos que utilizan, el producto que ofrecen, las estrategias de venta, etc. El objetivo es conocer tu producto frente a los de los demás que se ofrecen, pero también copiar todas aquellas estrategias de éxito.
Por lo que concluimos diciendo que el empresario se debe caracterizar por ser una persona que minimiza el riesgo, y lo tiene calculado.
Extraído de: http://www.cimo.org/index.php?option=com_content&view=article&id=81&Itemid=154
No hay comentarios:
Publicar un comentario