Una vez que decides apostar por el autoempleo, para empezar debes tener una idea, que parta de una necesidad real, y una demanda suficiente capaz de comprar tu producto o pagar por tu servicio. Este momento lo que se pretende es poner en marcha una iniciativa empresarial con que alcanzar unos objetivos que previamente se han fijado.
Todo negocio empieza con una idea, con aquello que queremos vender u ofrecer. La idea se debe definir con criterios de claridad y concreción.
La idea empresarial surge, muchas veces de situaciones fortuitas. Se puede descubrir en una conversación, en un encuentro, en un viaje... No existen fórmulas que permitan abordar una idea de nueva creación, pero si que es importante que el emprendedor adopte una actitud crítica y curiosa.